Vivo alejando de mi lo que me hace bien, como si realmente me hiciera mal. Y al contrario, atraigo hacia mi lo que me lastima, como si fuera lo que me curará para siempre. Tengo cambiadas las ideas del bien y el mal. Y no es que prefiera que me lastimen a que me quieran. No es que prefiera estar sola. Simplemente es algo que no puedo evitar. Tengo esa tendencia a elegir lo que peor me hace, simplemente porque tengo miedo a que lo lindo salga mal.