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20/12/10

La fragilidad de un corazón roto es intolerable. Es como una copa de cristal; aunque quieras arreglarla y dediques tu vida a ello, aunque la repares y no se filtre ni una gota de agua, siempre va a quedar la marca, la grieta, siempre seguirá rota. Así es el corazón, nunca olvida. Una vez que lo lastimaron, una vez que lo engañaron, nunca dejará de tener miedo, nunca dejará de llorar en silencio, nunca podrá confiar de nuevo. Tendrá de por vida esa marca, esa grieta en el cristal.

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