Me quedé ahí, parada, helada y confundida. Te miraba, pero no te podía ver. No podía creer lo que estaba escuchando. No pude reaccionar. Quería hablar, decirte mil cosas, o al menos respirar. Reaccioné cuando te vi caminando, alejandote de mi. Subiste a tu auto y antes de que puedas cerrar la puerta, las palabras salieron de mi boca. No pensé lo que dije, fue algo que simplemente sucedió. Esas palabras brotaron de mi boca no se bien porque. Fue casi involuntario. Me miraste, me regalaste tu última sonrisa, y te fuiste de mi vida para siempre. Supongo que paso una hora hasta que conseguí moverme. No podía creer que te habías ido, y no podía creer lo que te dije. No es que no lo sienta, porque si lo hago, pero nunca imaginé que alguna vez iba a decirte "te amo", y mucho menos, el día que me dijiste que te ibas a ir de mi vida para siempre.