Vos actuaste como debías, mas o menos. Me dijiste las cosas como eran y te fuiste de mi vida para siempre. Y ahí quede, con todos los sueños derramandose en mi almohada como una inevitable tormenta que no me dejaba en paz. Intente respirar y controlarme, para poder dormir, pro no lo logré. Cerraba los ojos y lo único que conseguía hacer era ver tu cara. Como en una película pasaban todos los momentos que vivimos juntos, cuando fingías quererme, cuando simulabas ser feliz. Yo sabía que esto debía terminar, lo sabía hace mucho. Tenía dos opciones; luchar por lo imposible, o aceptar lo inevitable. Obstinada al punto de la indiscreción, como siempre elegí la primera, y como siempre salí lastimada. Creo que no es cuestión de aprender, es mas bien mi forma de ser. Un poco testaruda, siempre quiero nadar contra la corriente y convertir lo imposible en realidad.