Siempre hiciste lo mismo. Siempre fuiste, a mi criterio, exageradamente agradecido. Es verdad que las cosas que hice no las merecías, lo sabemos todos. No es por juzgar, simplemente es una realidad. Pero todo lo que hice lo hice porque así lo sentía. Me hacía bien ayudarte aunque sabía que tus sentimientos y los míos no eran los mismos. Tal vez parecidos, tal vez nos confundimos, tal vez nos hizo falta mas tiempo para equilibrarnos, pero definitivamente no sentimos lo mismo. Y ahora que paso tanto tiempo me animo a contarte que ya estoy bien. No te voy a mentir, a veces te recuerdo, pero es un recuerdo lindo de algo que pasó, no es un recuerdo doloroso de algo que no pudo ser. Te recuerdo como una de las pocas cosas lindas que me pasaron. Ya no lloro a la noche tratando de olvidarte, acepte que la memoria no es un cassette para borrar y que no te voy a arrancar de mi mente. Simplemente pasaste por mi vida y dejaste una marca, como todas las personas importantes que pasan por la vida de alguien. Quería que lo sepas, creo que mereces saberlo. Y quiero que sepas también que mas allá de todo, mereces mi admiración, por esas cosas que vos y yo sabemos, y que al resto no le incumbe, sumando así un secreto mas que guardamos entre los dos, sin necesidad de callarlo, simplemente no lo contamos porque es nuestro, y queda entre nosotros. Porque en un tiempo existió un nosotros, y eso no lo vamos a olvidar. Ya no duele, pero no se olvida. Gracias por hacerme conocer ese sentimiento tan egoísta y tan desinteresado a la vez. Esta vez, yo te doy las gracias a vos.